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Frutas y vegetales
Frutas y vegetales

¿Cómo identificar los alimentos orgánicos?

La mayoría de las verduras y frutas que consumimos en nuestra dieta diaria tienen un alto contenido de pesticidas y compuestos químicos, o son modificadas genéticamente. ¿Cómo identificar las provenientes de una producción limpia? Expertos nos cuentan.

Una alimentación basada en productos industrializados y contaminados es lo que consumen diariamente la mayoría de seres humanos. Por lo menos eso es lo que piensan la health coach Juliana Isaza, creadora de Filosofit, una página en la que escribe sobre el bienestar consciente; el doctor Carlos Jaramillo, experto en medicina funcional, y Juliana Pineda, nutricionista, todos voceros de Kamú, un mercado natural online. “Hoy la gran mayoría de alimentos que comemos tienen un alto grado de pesticidas, compuestos químicos o son modificados genéticamente para que haya cosecha todo el año, y además sean resistentes a las plagas”, advierte Jaramillo. Por su parte, Pineda afirma que en el caso de las carnes, muchas veces los animales son mantenidos con granos genéticamente modificados y les suministran hormonas y antibióticos para que crezcan más rápido. “Todos estos aditivos llegan en la leche, los tejidos y los huevos y terminamos ingiriéndolos”.

“Al consumir esto de forma regular –según el doctor Jaramillo–, el cuerpo sobrecarga la capacidad que tiene de desintoxicarse adecuadamente y estas toxinas, que no han podido ser eliminadas, van a volver a circular por el cuerpo produciendo severas alteraciones celulares y moleculares que pueden dar origen a enfermedades como cáncer y otras autoinmunes”.

"Especialmente los metales terminan almacenados en el cerebro, causando condiciones neurológicas degenerativas con los años”, añade Isaza.

Vanessa Blum, fundadora de Baby Evolution, una marca de productos alimenticios para niños, da una cifra escalofriante al respecto: “La Universidad de Washington realizó un estudio con niños y encontró que los que consumieron solo alimentos convencionales durante 24 horas tenían 9 veces más residuos de pesticidas en sus orinas que los que solo tomaron alimentos orgánicos”.

Alimentos “limpios”

Pero, ¿qué tienen de especial los orgánicos? “Provienen de una producción más limpia, es decir, se cultivan de forma natural y, por tanto, no contienen químicos, pesticidas o aditivos sintéticos. Sus agricultores utilizan técnicas para controlar las plagas y mantener la calidad y la integridad del suelo, como la rotación y la asociación de cultivos, y usan el estiércol de los animales en lugar de fertilizantes sintéticos”, aclara Isaza. Además, como mantienen intactos sus nutrientes (sobre todo si se ingieren crudos), ofrecen más vitaminas, minerales y antioxidantes que los productos convencionales.

¿Cómo consumirlos?

El doctor Jaramillo asegura que cada alimento tiene sus especificaciones. “Para el caso de las frutas siempre será mejor consumirlas íntegras y no en jugos o extractos. Cuando se trata de vegetales, la sugerencia es cocinarlos lo menos posible y a temperaturas adecuadas para la cocción de cada uno –entre 5 y 15 minutos en agua hirviendo y con poca sal– o preferiblemente al vapor. Las proteínas, sean animales o vegetales, sí pueden tener mayores tiempos de cocción, pero no deben superar los ideales para que no se desnaturalicen”. Lo ideal es no mezclar productos orgánicos y convencionales. “Como esto no siempre es fácil, la recomendación es intentar incluir el mayor número de alimentos orgánicos en cada plato”, anota.

Juliana Isaza aconseja elegir al menos tres de los alimentos que más se consumen en el hogar y conseguirlos orgánicos. “No es un secreto que son un tanto más costosos y a veces no es tan sencillo llenar el carrito del mercado con ellos”. Se puede empezar por una lista de frutas y verduras que tienen mayor contaminación: manzana, fresas, uvas, apio, durazno, espinaca, papa, arándanos, tomate cherry, arvejas y pepino.

La creadora de Filosofit explica que es importante lavar bien las verduras y frutas orgánicas, pues estos productos no están exentos de haber sido manipulados y en ocasiones pueden tener insectos o bacterias. Otra recomendación importante es evitar su contacto con alimentos convencionales, para que no se contaminen.

En el caso de los productos orgánicos empacados, las empresas utilizan diferentes métodos de conservación natural. “En Baby Evolution utilizamos gotas de limón orgánico y empaques de alta tecnología que les dan más de un año de vida útil”, asegura Blum.

¿Cómo diferenciarlos?

Según Jaramillo, los alimentos orgánicos son más pequeños a lo que nos hemos acostumbrado ver hoy. Su color no es uniforme ni perfecto, tienen mejor sabor y su olor es más fuerte. Es posible encontrarles algún insecto o larva amigable. Se cocinan y se descomponen más rápido.Además tienen sellos que certifican que son orgánicos. En este punto hay que tener cuidado cuando las etiquetas dicen “100 % natural”, pues casi siempre solo indican que alguno de sus compuestos lo es, pero esto no significa que el resto lo sean, o que al ser natural sea orgánico.

Vía: Fucsia

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